Que en la actualidad vivimos en una sociedad hiperconectada
es una evidencia incontestable por cualquiera de nosotros, pues de
hecho todos contribuimos como nodos y generadores a la misma, aportando
en mayor o menor medida con nuestros comentarios en blogs y webs,
mediante nuestra interacción en las Redes Sociales (subir una foto en
Flickr, crear un evento en Facebook, compartir un vídeo en Youtube o
Vimeo, hacer un comentario en Twitter…), etc.
Ello se refleja en que tenemos una cantidad ingente de información desestructurada a nuestro alrededor que, lejos de ayudarnos en la mayoría de las veces, nos abruma y nos dificulta seleccionar para tomar decisiones la que pudiera ser de utilidad en el momento oportuno.
Ese podría ser “grosso modo” el
significado de “Infoxicación”, un exceso de información que nos esconde
la útil de la que no lo es , y no nos permite ‘rentabilizarla’.
Y las cifras son escalofriantes, pues en la actualidad la cantidad de información que se alberga en el
universo virtual ronda ya el Zetabyte! (¡un 1 seguido de 22 ceros!), y
las previsiones más conservadores predicen que ésta se duplicará cada 2
años: aunque no deja de ser una predicción muy aproximada, pues
todavía se desconoce el peso real del aporte del caudal de vídeos e
imágenes (que constituyen ya más de la mitad en la actualidad), y del
enorme incremento que tendrán los dispositivos y ‘objetos’ conectados a
Internet (Internet of Things- que según Gartner se prevé pasen de los 15 Millones actuales a 45-50 ya en 2014).
Claro que todo tiene sus Pros y Contras,
y éste caso no es una excepción: el nivel de interacción entre humanos
no tiene parangón en la actualidad, con lo que ello conlleva: por
ejemplo, se han roto las fronteras físicas, y la globalización permite
que los derechos lleguen y se extiendan a toda la población, que podamos
comunicarnos desde cualquier lugar y prácticamente con quién queramos,
lo cual está desembocando en una especie de Conciencia Colectiva que se
extiende más allá de fronteras, etc. Además, ha contribuido a una
especie de ‘democratización’ de Servicios/ Productos, permitiendo que
éstos alcancen a un porcentaje mucho mayor de usuarios (bien por
extensión, bien por precio, etc.).
Las principales Contras, probablemente sean la pérdida de la privacidad (problemas locales se magnifican por el enorme efecto resonante de la Web), nuevas formas de vulnerar nuestra seguridad
(al aumentar las posibilidades y el nº de contactos, también se
incrementa el nº de posibles atacantes); y ya más en lo práctico, el dificultar la toma de decisiones por tener demasiada información, obligándonos a una búsqueda refinada entre la misma (coste en tiempo y recursos), etc.
Más adelante en siguientes entradas,
continuaremos el desarrollo de dicho tema y la explicación sobre algunos
formas de gestionar esta información.
Fuente: blog.infojc.com
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