Dicen que lo que uno "sube" a Internet jamás se recupera o se puede borrar del todo. Cierto es que esa información en el transcurso del tiempo se difunde, se replica y hasta puede que se modifique a gusto y necesidad de otros usuarios, y que la fuente original tal vez ni se entere.
Es por eso que los derechos de autor se vuelven un tema complejo en la Web, y su protección requiere mecanismos especiales, sobretodo cuando la idea no es restringir, sino compartir.
Es por eso que los derechos de autor se vuelven un tema complejo en la Web, y su protección requiere mecanismos especiales, sobretodo cuando la idea no es restringir, sino compartir.
Una de las herramientas posibles es ColorIURIS (http://www.coloriuris.net/) un sistema de autogestión de derechos de autor basado en el estudio de las diferentes regulaciones en la materia vigentes en diversos países del mundo. Su autor, el abogado Pedro Canut, visitó Córdoba la semana pasada en el marco del Día de la Usabilidad, evento que se celebró con una jornada de conferencias y charlas en la Facultad de Derecho.
"ColorIURIS son textos legales que hacen referencia a una obra concreta, a un autor, a un concreto ámbito territorial y temporal de la cesión, que cuando son aceptados en línea se convierten en contratos, que responden al estándar denominado acuerdo de licencia que nos ha dado la Organización Mundial de Propiedad Intelectual", define Canut.
A través de un esquema de colores, el sistema permite a los autores de weblogs, textos, dibujos, fotografías, infografías, podcasts o archivos audiovisuales, entre otros, licenciar sus obras bajo un acuerdo que el potencial usuario debe aceptar antes de acceder a ellas. Si bien no restringe tecnológicamente el uso del material, sí sirve como prueba a la hora de denunciar el uso indebido.
Marcando diferencias.
El autor de Blogespierre (http://www.blogespierre.com/) señala que la idea de crear ColorIURIs surgió hace poco más de dos años, luego de asistir a una presentación de las licencias Creative Commons (http://creativecommons.org/) en la que muchos aspectos no terminaban de cerrarle.
"Creative Commons es unidireccional, ni siquiera es el autor quien se dirige a su público, sino que está tomando mediante una enlace una declaración redactada por CC que no hace referencia a una obra ni a un autor concreto", describe Canut, al tiempo que aclara que ese sistema se apoya en la legislación anglosajona antes que en la de uso en los países iberoamericanos.
A simple vista, hay también diferencias de procedimiento. Cualquier persona puede colocar un banner de Creative Commons en su sitio e informar a los visitantes qué tipo de uso quiere que se realice para su contenido. En tanto, cuando el contenido está protegido por ColorIURIS, quien quiera usarlo deberá dar su consentimiento poniendo su firma (mail, hasta que se masifique la firma digital) a un contrato escrito que le será reenviado a su correo electrónico, al del creador de la obra, y a otra entidad que guarde copia del contrato, lo que se denomina un "tercero de confianza".
Más de 150 mil usuarios están cediendo derechos sobre sus obras dentro y fuera de la Red con este sistema gestado en 2005, afirma Canut. "Estoy en Argentina precisamente porque este país es el segundo en volumen de usuarios, con el 10,4 por ciento", confirma. Actualmente ColorIURIS tiene efectos legales para creadores de 25 países, y planea seguir expandiéndose con base en diseñar acuerdos que respeten la legislación de cada uno y los acuerdos internacionales de propiedad intelectual.
Via La Voz del Interior
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