Una popular cadena de supermercados estadounidense ha perdido diez millones de dólares porque no comprobó la autenticidad de los mensajes que decían provenir de los proveedores.
Supervalu fue víctima de uno de los fraudes más comunes en Internet. Recibieron correos electrónicos que provenían “supuestamente” de sus proveedores y la compañía ingresó el dinero que les debía en las cuentas facilitadas en los emails. En una semana, la cadena de supermercados de Minnesota transfirió más de diez millones de dólares en nueve pagos fraccionados. Una de las cuentas era del HSBC de Miami y la otra del First Security Bank de Arkansas.
En cuanto se dieron cuenta del fiasco, se congelaron las cuentas, pero al parecer ese dinero será difícil que pueda reponerlo nadie.
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Via theinquirer.es
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