Siempre a contramano, como corresponde a los malvivientes, los piratas informáticos no ven en las fiestas de Navidad y Año Nuevo una dichosa oportunidad para reunirse con amigos y familiares. Más bien, encuentran que la ocasión es inmejorable para hacerse con el dinero de millones de personas conectadas a la Red.
La actividad de virus, troyanos, keyloggers y otros programas maliciosos aumenta en esta época del año, porque se incrementan las transacciones comerciales online, asegura el director técnico de la empresa de seguridad informática española Panda Labs, Luis Corrons. Según un informe de la empresa, en 2006 el importe medio robado online a cada víctima fue de 6383 euros. Y con un riesgo adicional: que el miedo nos impida usar la Red para hacer compras y transacciones bancarias. Sin embargo, siguiendo unas pocas reglas básicas y simples estas operaciones son totalmente seguras.
Según un informe de la empresa, en 2006 el importe medio robado online a cada víctima fue de 6383 euros.
Y con un riesgo adicional: que el miedo nos impida usar la Red para hacer compras y transacciones bancarias. Sin embargo, siguiendo unas pocas reglas básicas y simples estas operaciones son totalmente seguras.
Lo primero es usar una computadora confiable para nuestras operaciones comerciales en línea. Es decir, una computadora a la que no tengan acceso personas que instalan software indiscriminadamente, bajan música y películas pirateadas y chatean , y usan el e-mail sin conocer las normas elementales de seguridad.
Además, esa máquina debe tener un antivirus y las actualizaciones de Windows al día. Si los chicos han tomado demasiado control de la PC, lo más razonable es utilizar una segunda máquina, que no necesita ser ni muy potente ni muy cara, para realizar operaciones comerciales online.
Otra solución, menos segura, es instalar dos veces Windows, en dos particiones diferentes, y reservar una para las operaciones en línea.
El e-mail y el chat son actualmente las dos principales vías de contagio de virus, que al revés que antes ya no buscan destruir datos o dañar el sistema, sino robar contraseñas y números de tarjeta de crédito. La única forma de mantenerse realmente libre de estas pestes es ser precavido. El antivirus ayuda, lo mismo que un firewall , pero lo más importante, sobre todo en estos días de fiesta, es desconfiar de lo que llega por e-mail y por chat.
Una aparentemente inofensiva tarjeta de Navidad puede, en realidad, dirigir el navegador a una página Web, que instalará software malicioso en el equipo. Un adjunto que parece traer los buenos augurios de un amigo es, en realidad, un capturador de teclado que robará nuestras contraseñas. La inesperada fortuna de haber ganado un supuesto concurso navideño se puede convertir rápidamente en la desgracia de una cuenta asaltada por medios electrónicos.
La clave es sencilla: en general, pero sobre todo en estos días, no darle clic a ninguna dirección Web que llegue por e-mail o chat, ni darle doble clic a ningún adjunto. Esto solo alcanza para desactivar el 90 por ciento de los ataques de los piratas informáticos.
El phishing, un tipo de estafa que también llega por e-mail nos urge a darle clic al link que se adjunta para ir a nuestro banco o a una entidad financiera; en realidad, nos envía a un sitio falso. Además, en esta oportunidad, se resuelve no haciendo clic en ninguna dirección que llegue por e-mail. No es una mala idea verificar siempre que el sitio en el que vamos a hacer una operación muestre un candado cerrado en la barra de estado (abajo, a la derecha).
Ofertas sospechosas
El éxito de sitios de subastas hace que los piratas creen sitios falsos con ofertas a precios increíbles (en rigor, imposibles). "Si se compra en una de esas webs, es probable que no se reciba el producto y se pierda el dinero pagado", asegura un informe de Panda Labs. El mejor consejo es hacer compras en sitios de subastas reconocidos, como DeRemate.com. Con el mismo espíritu de tentar con una oferta imperdible al usuario incauto, las promesas adoptan diversísimos disfraces, desde trailers de películas hasta lejanas loterías. Rechazarlas y educar a todos los miembros de la familia sobre sus riesgos es una forma, en la era de Internet, de tener la fiesta en paz.
Por Ariel Torres De la Redacción de LA NACION.com
Por Ariel Torres De la Redacción de LA NACION.com
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