Tendrá que cumplir tres años de prisión y pagar 1080 euros de multa, además de indemnizar a la víctima de la estafa con los 5.100 euros sustraídos de su cuenta.
Quizás con otro trabajo, su argumento hubiera valido en su descargo. Pero hacerle creer a un tribunal que aceptó inocentemente una comisión del siete por ciento por recibir en su cuenta dos transferencias de una burgalesa y enviarlas a sendos desconocidos en San Petesburgo, siendo subdirectora de banca, resulta poco menos que un insulto a la inteligencia del juzgador.
Quizás con otro trabajo, su argumento hubiera valido en su descargo. Pero hacerle creer a un tribunal que aceptó inocentemente una comisión del siete por ciento por recibir en su cuenta dos transferencias de una burgalesa y enviarlas a sendos desconocidos en San Petesburgo, siendo subdirectora de banca, resulta poco menos que un insulto a la inteligencia del juzgador.
Así lo han razonado los magistrados de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Burgos en la sentencia que condena a una gerundense de 35 años, A.J.X., por colaborar con una red de estafadores especializada en la técnica del ‘phishing’ (pescando, en inglés) para obtener ilícitamente 5.100 euros de la cuenta de una clienta de Banesto. No solo tendrá que indemnizarla con ese dinero, sino pagar una multa de 1.080 euros y cumplir tres años de prisión.
Todo empezó cuando la víctima contestó a un mensaje de correo electrónico que parecía de su banco y que le reclamaba un cambio urgente de las claves de acceso. En vez de escribirlas en la web de la entidad -ni esta ni otras emplean estos métodos para contactar con los usuarios- se las facilitó a los delincuentes.
Para entonces, la red ya había reclutado a la mujer ahora condenada. En su cuenta recibió dos transferencias de la víctima, de 3.100 y 2.00 euros, que a su vez remitió a través de Wester Union a dos personas de San Petesburgo(Rusia), después de quedarse con su comisión.
A.J.X. reconoció los hechos pero afirmó desconocer que hubiese algo ilícito en ellos, por lo que nunca ocultó su nombre. El argumento de la identidad «podría ser válido en personas no dotadas de unos conocimientos económicos y bancarios específicos» pero no cuando se trata de alguien diplomado en Ciencias Empresariales y empleada como subdirectora de una sucursal bancaria, los que le permite no solo conocer la mecánica de este tipo delictivo sino saber que una comisión del 7% «superaba con creces cualquier interés o comisión bancaria por idéntica operación de intermediación. Por último, los magistrados subrayan que ni conocía a quien le transfirió el dinero ni a los destinatarios últimos en Rusia.
CÓMO SE PESCA
La técnica del ‘phishing’, relativamente moderna e indisolublemente asociada al uso de Internet y a la banca electrónica, consiste en el envío masivo de correos electrónicos (‘spam’) que imitan los logotipos y la imagen corporativa de las entidades de ahorro, con el objeto de conseguir las claves personales de los clientes y tener acceso sus cuentas.Los ciberdelincuentes necesitan de colaboradores -también captados a través de mensajes, chats o programas de mensajería- con cuentas intermedias a las que transferir el dinero de las víctimas, para que posteriormente los reenvíen a personas desconocidas supuestamente domiciliadas en países lejanos, lo que contribuye a difuminar la pista del primer estafador.
Fuente: Diario de BurgosPor PCP - Burgos
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