Madrid. Hoy en día resulta normal que personas de edad avanzada dejen a un lado la pereza y se lancen a la conquista de la Red. Pero los que se iniciaron en esto de las nuevas tecnologías a partir de cierta edad lo han tenido más difícil para adaptarse al nuevo medio y en ciertos casos no tienen la soltura online con la que sí cuentan, sin ir más lejos, los adolescentes.
Ello ha dado lugar, según el proveedor de software de seguridad BitDefender, a un nuevo tipo de cibercibercriminal especializado en la tercera edad. No se trata de un fenómeno totalmente nuevo. Las personas mayores siempre han sido uno de los objetivos predilectos de los profesionales del timo. Los ahorros y activos con los que frecuentemente cuentan actúan como un reclamo poderoso. Además, determinados achaques de salud y limitaciones sensoriales les hacen más vulnerables.
La novedad es que, antes de la incorporación de los mayores al mundo digital, las estafas se hacían obteniendo información crítica mediante llamadas de teléfono y buzoneo. Los nuevos tiempos, también en esto, imponen nuevas formas. Como explica Pedro David Marco, responsable técnico para España y Portugal de la empresa de seguridad informática Sophos, “no por tener más edad un usuario de internet es más vulnerable.
Pero los responsables de seguridad, mal que nos pese, vamos siempre un paso por detrás de los criminales, por lo que existe un gap que separa sus ataques y nuestras soluciones. Y en ese espacio, el usuario debe moverse con la sola ayuda de su intuición y sentido común”. Una intuición, explica Marco, que depende en gran medida del grado de familiaridad del usuario con la tecnología, además de otros factores, como el nivel cultural.
Suplantación, la 'estrella'
Entre los ataques estrella están el phishing (suplantación de personalidad corporativa con el objeto de obtener datos bancarios, como claves y contraseñas), el spyware (programas espía y troyanos capaces de violar la intimidad del usuario) y los virus y mensajes de spam (correo no solicitado). Dentro de estos últimos, destaca la estafa nigeriana: se anuncia a la víctima que ha sido agraciada con un premio o una herencia en un país lejano. El estafador se ofrece para ocuparse de la reclamación del premio a cambio de una cantidad en concepto de gastos de gestión. Una vez se abona esta cantidad, jamás vuelve a saberse del remitente.
Fuente Gaceta.es
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