miércoles, 25 de marzo de 2009

El mensaje de texto no le sirve al juez pero sí al investigador (Argentina)

Una magistrada recordó que hubo casos en los cuales el SMS fue prueba de adulterio.

El oficial de policía sospechaba que su mujer lo engañaba. Tomó el teléfono celular de su esposa, leyó los mensajes de texto y confirmó: ella le era infiel. “¿Había un acuerdo que permitía revisar la correspondencia o las cuentas de correo electrónico?”, preguntó el juez en el juicio de divorcio. “No había ningún acuerdo”, respondió el policía. Entonces, el magistrado negó valor a la prueba. “No puede usted demostrar la infidelidad”, sentenció.

En Chubut, un tribunal rechazó los mensajes de texto (SMS) entre teléfonos celulares como prueba de infidelidad, porque consideró que para obtenerlos, el marido violó la privacidad del correo de su mujer. El juez Martín Alesi dio por acreditado que el marido “se apoderó del mencionado teléfono sin la autorización previa de su esposa” y decretó el divorcio por injurias graves recíprocas, condenándolos a indemnizarse mutuamente con sumas de dinero de entre $5.000 y $6.000.

El magistrado recordó que la Constitución Nacional garantiza la inviolabilidad de la correspondencia y de los papeles privados y la Ley Nacional de Telecomunicaciones establece la inviolabilidad de las comunicaciones y dispone que su interceptación sólo será posible mediante requerimiento del juez competente.

Tanto un correo electrónico como un mensaje de texto pueden utilizarse como prueba, pero hay que solicitar autorización al juez para realizar un prueba pericial en un disco rígido o el pedido de informes a las compañías telefónicas”, explicó el abogado tucumano Diego Lammoglia. El profesor de Derecho Penal de la Universidad Nacional de Tucumán considera que en los juicios de divorcios no son relevantes los mensajes de texto. “Los jueces no piensan en este medio de prueba como prioritario, ya que además de ser obtenidos ilícitamente, no sirven para probar el adulterio”, enfatizó Lammoglia.
En el mismo sentido, la jueza en Familia y Sucesiones Ester Valderrábano de Casas, precisó que el mensaje de texto, por sí solo, no permite demostrar la infidelidad. “Prima la garantía constitucional de la inviolabilidad de la correspondencia. Pero además, para demostrar el incumplimiento al deber de fidelidad, son necesarias otras pruebas, como los testigos, que permitan al juez comprobar el engaño”, expresó la magistrada.
En el juicio llevado a cabo en Chubut, la mujer negó haber sido infiel y replicó, en cambio, que el culpable de la ruptura había sido el marido. “Al contraer matrimonio comenzó el verdadero calvario de mi vida. Mostró la otra parte de su personalidad, que hizo de la convivencia un flagelo permanente”, dijo la esposa.

Según el artículo 153 del Código Penal, “será reprimido con prisión de 15 días a seis meses el que abriere o accediere indebidamente a una comunicación electrónica, una carta, un pliego cerrado, un despacho telegráfico, telefónico o de otra naturaleza, que no le esté dirigido”. Así, el juez Alesi consideró que mal podría ser utilizada como prueba en un juicio por divorcio una documentación obtenida mediante la posible comisión de un delito.

Para Lammoglia, en los últimos años fue equiparado el correo electrónico con las cartas epistolares en papel en cuanto al delito de violación de secretos. Sin embargo, el mensaje de texto tiene otras características. “Cuando el artículo menciona ‘o de otra naturaleza’, permite la equiparación de los mensajes de texto de los celulares con las cartas”, manifiesta.
La jueza Valderrábano de Casas comenta que la presentación como medios de prueba de los SMS no son comunes en los juicios de divorcio en Tucumán. “Recuerdo dos casos en los que los cónyuges mencionaron en la audiencia que descubrieron las infidelidades leyendo mensajes en el celular del otro. Sin embargo, en ninguno de estos casos los aportaron en la etapa probatoria”, dijo. De acuerdo con la magistrada, de prosperar los SMS como prueba, servirían para configurar “injuria grave”, que es otro de los causales de divorcio que establece el Código Civil.
Investigadores privados cuentan que muchas veces la lectura de los mensajes de texto causaron un divorcio o fueron suficientes para que los engañados soliciten investigar a su pareja. “Más allá de que no sea considerado como prueba en el juicio, las personas lo consideran suficiente para separarse y, posteriormente, solicitar el divorcio”, afirmó un investigador privado, que pidió no mencionar su nombre ya que su actividad exige privacidad.

Consultados por LA GACETA, algunos tucumanos reconocieron que revisan el teléfono celular de su pareja.
“No tengo desconfianza de mi novio, pero es normal para mí leer los mensajes de su celular”, contó Roxana. En cambio, Marcos tomó recaudos. “Mi teléfono tiene contraseña para leer los mensajes”, se atajó.

Fuente: www.lagaceta.com.ar/


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