Un estudio de Iron Mountain
revela que más de la mitad de los empleados (62% en España) se llevan
datos sobre clientes cuando se van de la empresa en la que trabajaban
Madrid, 16 de julio de 2012-
Uno de cada tres empleados (32%) se ha llevado o ha reenviado información confidencial fuera de su oficina en más de una ocasión, según un reciente estudio[1] encargado por la compañía de gestión de la información Iron Mountain. Cuando las personas cambian de trabajo, la información sensible es especialmente vulnerable. El estudio muestra que muchos empleados no tienen ningún escrúpulo en llevarse consigo información altamente confidencial o documentos importantes cuando se van de la empresa y la gran mayoría están convencidos de que no están haciendo nada malo.
La encuesta revela que la mitad – 51% - de los empleados europeos se
llevan información de sus empresas cuando cambian de trabajo – un 62% en
España – creen que la información confidencial sobre clientes les
ayudará en su nuevo puesto, a pesar de las normativas de protección de
datos que lo prohíben.
“Al mismo tiempo que las empresas se están dando prisa por ajustar
sus políticas de protección de datos antes de que entre en vigor la
nueva legislación de la Unión Europea, es muy preocupante ver que los
empleados se llevan información confidencial cuando se van de sus
trabajos”, comenta Ignacio Chico, director general de Iron Mountain
España. “Las empresas preocupadas por la seguridad de su información y
su gestión documental tienden a centrarse en proteger sus datos digitales, olvidándose del papel y de las personas”.
“Este estudio proporciona datos muy interesantes acerca de cuáles son
los documentos sobre los que los empleados creen tener derecho y porqué
esto es así. Los resultados destacan la necesidad de políticas para la custodia documental
que han de desarrollarse junto al departamento de Recursos Humanos como
parte de un programa de Responsabilidad Corporativa sobre la
Información. Empresas de todos los tamaños y sectores tienen que
garantizar que los procedimientos a seguir cuando se marcha un empleado
son sólidos a la par que respetuosos, y que las directrices tengan en
cuenta que el cómo se sienten las personas influye directamente en su
comportamiento y en sus acciones.”
Además de bases de datos de clientes, los empleados que se llevan
información al dejar sus empresas, también toman presentaciones (45%),
propuestas de la empresa (21%), planes estratégicos (18%) y hojas de
ruta de productos y servicios (18%). Todos estos documentos son
información altamente confidencial, esencial para que la empresa
mantenga su ventaja competitiva, su reputación de marca y la confianza
de sus clientes.
El estudio descubre que, en general, los empleados que se marchan no se llevan información de la compañía con mala intención, sino que lo hacen porque creen que tienen algún tipo de derecho sobre la misma o que les podrá ayudar en su nuevo puesto. Dos tercios dijeron que habían cogido o se llevarían información si hubieran estado involucrados en su creación y un 72% creían que los documentos que se llevaban les serían útiles en su nuevo trabajo.
La situación cambia, sin embargo, cuando los empleados pierden su
trabajo. El estudio muestra que uno de cada tres empleados (31%) se
llevaría y compartiría información deliberadamente si les despidieran.
El estudio sugiere que una falta de información adecuada sobre las
políticas de gestión de la información o una aplicación inadecuada de
las mismas puede ser un factor decisivo en casos de pérdida de
información. Solo alrededor de la mitad (57%) de los encuestados declaró
saber claramente cuándo la información es confidencial y un tercio
(34,4%) dijo que no sabían que hubiera pautas de la compañía en cuanto a
si la información podía o no sacarse de la misma.
En el estudio Iron Mountain entrevistó a 2000 empleados de todas las
edades y sectores en Alemania, España, Francia y Reino Unido.
[1] Opinion Matters for Iron Mountain, June 2012
Fuente: www.ironmountain.es/news
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