El caso Snowden ha socavado el capital de
confianza que tenían en Europa las empresas estadounidenses de
seguridad informática y de alojamiento web, según expertos reunidos en
un Congreso de seguridad en Mónaco.
Las estrepitosas
revelaciones del exconsultante de la Agencia Nacional de Seguridad de
Estados Unidos (NSA), Edward Snowden, pusieron al descubierto la
existencia de un amplio programa estadounidense de espionaje a nivel
mundial.
Snowden demostró también que la NSA puede
decodificar algunos sistemas de encriptación, un método en el que se
basan numerosas soluciones de seguridad informática.
Peor
aún, empresas estadounidenses habrían "cooperado" con la NSA
suministrándole "puntos de entrada" en sus programas informáticos o
entregando informaciones sobre sus usuarios, en nombre de la lucha
contra el terrorismo.
"Desde entonces, hay una verdadera
desconfianza en todos los servicios que vienen de Estados Unidos",
explica Loïc Guezo, director en el sur de Europa de la empresa japonesa
Trend Micro.
"Ahora, los clientes preguntan si no hay más
bien ofertas europeas o francesas", afirma Pierre Siaut, otro experto
de la compañía.
El volumen de negocios de la empresa
suiza Artmotion de alojamiento web ('hosting') ha aumentado de casi un
50% desde las revelaciones de Snowden, y el grupo finlandés F-Secure
registra también "una mayor demanda por servicios 'no estadounidenses'".
"Gigantes
como Microsoft han admitido haber cooperado con la NSA. Las empresas
europeas son vistas ahora como imparciales, porque ellas no caen bajo el
'Patriotic Act'" - que permite a las autoridades estadounidenses
acceder a los datos de empresas o particulares no estadounidenses si
están alojados en compañías informáticas estadounidenses, explica a la
AFP Samu Konttinen, vicepresidente de F-Secure.
Pero, "en
los hechos, no ha habido cambios mayores, estas empresas ya habían
integrado la escucha del Estado como una posibilidad, y algunos ya
habían descartado antes de Prism a actores anglosajones para contratos
sensibles", indica Konttinen.
Para evitar cualquier amalgama, algunas empresas estadounidenses, como FireEye, se presentan como "empresas globales".
"Es
claro que a partir del momento en que un producto es extranjero, hay
sospechas y se plantea la problemática de saber si es un producto
estadounidense y si contribuye a las escuchas del gobierno de Estados
Unidos en el marco de Prism", explica a la AFP Denis Gadonnet,
responsable de FireEye.
"No hay tantas inquietudes de
parte de los clientes europeos sobre el hecho de que somos una empresa
estadounidense. Yo no he sentido ninguna desconfianza", relativiza por
su parte Eric Soares, vicepresidente Francia del grupo Symantec,
Según
él, "Prism, como otros casos precedentes, trae consigo una multitud de
preguntas de clientes, para saber si están bien protegidos. Pero estas
revelaciones, más que nada, favorecen la toma de consciencia sobre la
pérdida de informaciones".
La industria estadounidense de
alojamiento web de datos informáticos podría perder hasta 35.000
millones de dólares en los próximos tres años tras las revelaciones de
Edward Snowden, según el think-tank Itif (Fondation Information
Technology & Innovation).
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