Al conectarse a la red pública de Internet, los ciudadanos son considerados usuarios y pierden toda potestad sobre sus datos personales, a tal punto que –quizá sin saberlo– hasta consienten que se use su imagen para campañas gubernamentales.
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Por las condiciones de uso que impone, “el wifi, de gratuito, no tiene nada”, advierten.
“¿Acepta
usted los términos y condiciones?”, pregunta el servicio de wifi del
Gobierno de la Ciudad cada vez que una persona desea conectarse a
Internet en plazas, hospitales, museos o subtes. Sin embargo, detrás del
“Sí, acepto” –la única opción para poder ingresar sistema– hay mucho
más que una conexión en la web: con ese click se habilita a que el
Gobierno porteño registre redes sociales, ubicación geográfica, imagen y
voz de los usuarios, que además dan su consentimiento para que su
imagen y su voz sean usadas en “acciones publicitarias, de prensa,
promoción, publicación y difusión” gubernamentales. La letra chica del
wifi público también permite que la Ciudad recolecte nombre, apellido,
género, dirección, teléfono, código postal, DNI y CUIT de los
ciudadanos. La política oficial respecto de la recolección de estos
datos personales “es extremadamente invasiva”, coincidieron en señalar
los especialistas consultados por PáginaI12, y alertaron acerca de la
necesidad de límites al acceso y uso de la información de los ciudadanos
por parte del Estado.
Fuente: pagina12.com.ar
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