Lejos de Irak o Afganistán, Estados Unidos se enfrenta a otra peligrosa batalla dentro de sus propias fronteras y, según los expertos, la está perdiendo: la seguridad en Internet.
Agencias estatales como la NASA, los Departamentos de Comercio y Defensa o, incluso, el de Seguridad Nacional han sido víctimas en los últimos años de ataques informáticos que han dejado al descubierto la vulnerabilidad digital de la primera economía del mundo.
Según los expertos, la situación es fruto de años de dejadez, falta de profesionales cualificados y excesivo secretismo de la Administración de George W. Bush, cuyo plan para aumentar la seguridad informática estaba repleto de áreas clasificadas e impedía la cooperación con el sector privado.
'El Gobierno de EE.UU. no es un líder tecnológico ni cuenta con los mejores expertos. Los profesionales mejor cualificados se marchan al sector privado', dijo a Efe David Wagner, profesor de la Universidad de California en Berkeley y experto en 'ciberseguridad'.
Wagner -que en 1995 y con solo 21 años logró 'hackear' el código de seguridad de Netscape- opinó que se trata de un problema muy complejo, 'pues las agencias estatales dependen de compañías privadas para garantizar su seguridad informática y éstas tienen intereses diferentes'.
'Las empresas velan por los intereses de sus accionistas, que no tienen por qué coincidir con los del Ejército', afirmó.
Con el fin de aportar sugerencias a la futura Administración de Barack Obama, un grupo de 60 expertos presentó esta semana un estudio que concluye que es necesario cooperar más estrechamente con el sector privado y dotar de más peso dentro del Gobierno a la lucha contra el 'cibercrimen'.
Para ello, los responsables del estudio proponen la creación de una oficina dedicada solo a esta tarea y dirigida por un responsable nacional de 'ciberseguridad', cargo que dependería directamente del presidente.
Además, la comisión quiere crear un Centro para Operaciones de Ciberseguridad en el que representantes del sector público y de la empresa privada intercambien información sobre riesgos de seguridad informática, entre otras medidas.
'Responder a un ataque informático es un asunto complicado', dijo James Lewis, del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos, organismo que creó la comisión de expertos. 'Las normas diseñadas en los ochenta son lentas e Internet es rápida'.
El informe describió una larga lista de ataques informáticos más o menos vergonzosos, como el acceso de 'hackers' a una de las cuentas de correo electrónico del Secretario de Defensa o la pérdida de millones de datos del Departamento de Estado.
Entre las medidas propuestas, está la eliminación de contraseñas para los usuarios de computadoras en las agencias estatales, que tendrían que usar aparatos electrónicos especiales para acceder a la red.
Además, el estudio insta al Gobierno a usar su poder como consumidor de computadoras y artículos tecnológicos para forzar a los fabricantes a elevar los estándares de seguridad de sus productos.
Wagner consideró que el informe es 'un buen comienzo' e 'identifica adecuadamente el problema', pero no está seguro de que sea suficiente para garantizar la seguridad informática del Gobierno estadounidense.
Añadió que, de ponerse en práctica, algunas de las medidas propuestas generarán controversia. 'No me sorprendería si parte de las recomendaciones provocan quejas de los grupos de defensa de la privacidad'.
El problema es que a veces la división entre lo público y lo privado es difusa, pues el Gobierno recurre a empresas privadas para obtener productos y servicios que van desde aviones militares al archivo de datos.
Agencias estatales como la NASA, los Departamentos de Comercio y Defensa o, incluso, el de Seguridad Nacional han sido víctimas en los últimos años de ataques informáticos que han dejado al descubierto la vulnerabilidad digital de la primera economía del mundo.
Según los expertos, la situación es fruto de años de dejadez, falta de profesionales cualificados y excesivo secretismo de la Administración de George W. Bush, cuyo plan para aumentar la seguridad informática estaba repleto de áreas clasificadas e impedía la cooperación con el sector privado.
'El Gobierno de EE.UU. no es un líder tecnológico ni cuenta con los mejores expertos. Los profesionales mejor cualificados se marchan al sector privado', dijo a Efe David Wagner, profesor de la Universidad de California en Berkeley y experto en 'ciberseguridad'.
Wagner -que en 1995 y con solo 21 años logró 'hackear' el código de seguridad de Netscape- opinó que se trata de un problema muy complejo, 'pues las agencias estatales dependen de compañías privadas para garantizar su seguridad informática y éstas tienen intereses diferentes'.
'Las empresas velan por los intereses de sus accionistas, que no tienen por qué coincidir con los del Ejército', afirmó.
Con el fin de aportar sugerencias a la futura Administración de Barack Obama, un grupo de 60 expertos presentó esta semana un estudio que concluye que es necesario cooperar más estrechamente con el sector privado y dotar de más peso dentro del Gobierno a la lucha contra el 'cibercrimen'.
Para ello, los responsables del estudio proponen la creación de una oficina dedicada solo a esta tarea y dirigida por un responsable nacional de 'ciberseguridad', cargo que dependería directamente del presidente.
Además, la comisión quiere crear un Centro para Operaciones de Ciberseguridad en el que representantes del sector público y de la empresa privada intercambien información sobre riesgos de seguridad informática, entre otras medidas.
'Responder a un ataque informático es un asunto complicado', dijo James Lewis, del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos, organismo que creó la comisión de expertos. 'Las normas diseñadas en los ochenta son lentas e Internet es rápida'.
El informe describió una larga lista de ataques informáticos más o menos vergonzosos, como el acceso de 'hackers' a una de las cuentas de correo electrónico del Secretario de Defensa o la pérdida de millones de datos del Departamento de Estado.
Entre las medidas propuestas, está la eliminación de contraseñas para los usuarios de computadoras en las agencias estatales, que tendrían que usar aparatos electrónicos especiales para acceder a la red.
Además, el estudio insta al Gobierno a usar su poder como consumidor de computadoras y artículos tecnológicos para forzar a los fabricantes a elevar los estándares de seguridad de sus productos.
Wagner consideró que el informe es 'un buen comienzo' e 'identifica adecuadamente el problema', pero no está seguro de que sea suficiente para garantizar la seguridad informática del Gobierno estadounidense.
Añadió que, de ponerse en práctica, algunas de las medidas propuestas generarán controversia. 'No me sorprendería si parte de las recomendaciones provocan quejas de los grupos de defensa de la privacidad'.
El problema es que a veces la división entre lo público y lo privado es difusa, pues el Gobierno recurre a empresas privadas para obtener productos y servicios que van desde aviones militares al archivo de datos.
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