miércoles, 25 de abril de 2012

La seguridad y confidencialidad de la información es obligación de todos

Nos guste o no, tenemos que reconocer que nuestra información está en todas partes.

Los datos personales de nuestros clientes, proveedores, amigos y familia se andan paseando en emails, teléfonos inteligentes, tabletas electrónicas, laptops, tarjetas de memoria, usb drives y hasta en “la nube”; datos financieros y patrimoniales de empleados y clientes sufren la misma suerte, incluyendo hojas olvidadas en impresoras “públicas” por horas y la impresión en papel “reciclado”; nuestros nombres, teléfonos y direcciones desfilan por incontables mesas de recepción de restaurantes y ventanillas bancarias; y obviamente todo lo que hacemos en tanto en internet, como en nuestras computadoras y teléfonos, deja un rastro digital.

Independientemente de que los “convenios o contratos de confidencialidad” (NDA’s por sus siglas en inglés) no sólo existen, sino son ampliamente conocidos por la comunidad de negocios, éstos no son la única fuente ni la más importante de obligaciones de confidencialidad y seguridad de la información. De hecho, el único objetivo de un NDA es y debe ser la confidencialidad de la información; este instrumento no debe usarse como medio para buscar la “seguridad de la información” ni para satisfacer requisitos de otras leyes, como la de protección de datos personales.





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