Ya hay psicólogos y pedagogos especializados en ataques y acosos antes de la primaria. Los niños absorben el clima adulto agresivo.
Juan tiene 5 años y en el jardín de infantes es sentado en una silla
mientras sus pares lo señalan, lo burlan y le dicen que fue “capturado”
porque es malo y tiene que quedarse en “su prisión”. La maestra los
reúne, habla con ellos y trata de que jueguen en grupo para evitar que
lo aíslen, pero tiene que controlarlos. El bullying está a la vuelta de
la esquina.
Como este caso, suceden otros hechos en las salas de jardín de
infantes, lo que impulsa a los psicólogos a trabajar sobre la temática
desde que los chicos son muy chicos.
El acoso escolar –conocido como bullying– es una conducta de
hostigamiento o persecución física o psicológica que realiza un alumno
contra otro, a quien elige como blanco de repetidos ataques. Aunque es
más frecuente que aparezca entre los 7 y 14 años, hay conductas que
aparecen en más pequeños, asegura Flavia Sinigagliesi, médica pediatra
especialista en trastornos del desarrollo y coordinadora del Centro de
Investigaciones del desarrollo psiconeurológico. “Un niño de 4 años
puede tener una conducta de hostigamiento por un motivo un día y al
siguiente olvidarse que eso ocurrió si no aparece el mismo estímulo”,
detalla la integrante del Equipo Bullying Cero Argentina. Define a estas
conductas como pro bullying, que cuando son reforzadas por el entorno o
no son interrumpidas por la maestra, se consolidan como modelo de
éxito; es decir, que cuando pueda organizar su comportamiento puede
generar bullying, con un nivel de agresión mayor y acoso.
Fuente: www.perfil.com
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