lunes, 26 de marzo de 2012

Privacidad de los datos. Más que un aspecto de cumplimiento

Introducción 
En un mundo cada vez más interconectado, de información instantánea y servicios en la nube; la sobrecarga de la información y la pérdida de privacidad son amenazas que ya no pueden pasar desapercibidas. En este contexto, el concepto de privacidad y las tensiones naturales con las exigencias corporativas son elementos que requieren analizarse, para reconocer los límites y balances que deben existir para mantener una coexistencia que permita por un lado, asegurar un adecuado manejo de la información y por otro, mantener y fortalecer un cuidado estricto sobre la información personal.
Revisando algunos estudios internacionales (ERNEST AND YOUNG 2012) se establece que la administración de la privacidad en las organizaciones se encuentra influenciada al menos por tres elementos claves: el fraude, la economía y las regulaciones.
El fraude, el cual generalmente es materializado a través de múltiples individuos o eventos, con acceso a información personal con propósitos criminales, políticos o de monitoreo, es una tendencia que revela la fragilidad interna de las empresas frente a los estándares de ética, los valores personales y la cultura corporativa.
De otra parte, la economía, como aspecto complementario al anterior, propone un ambiente de incertidumbre, de inestabilidad, que confronta la seguridad financiera y valores personales atentando contra el balance natural de las necesidades humanas, es otro detonador que revela la necesidad de acceso a información para mantener el seguimiento de los hábitos financieros de los individuos.
Finalmente, las regulaciones, que como menciona el estudio, es un ejercicio de nunca terminar, demanda un esfuerzo importante por parte de las empresas, para mantener un ambiente de control conocido y confiable, que permita generar la confianza requerida tanto para la empresa en su relación con los inversionistas, como para los individuos en el contexto del manejo de sus datos.
Así las cosas y como quiera que esta realidad de la privacidad y la seguridad de la información de las personas, es un reto propio de una sociedad de la información y el conocimiento, se hace imperioso encontrar referentes, experiencias y buenas prácticas que nos permitan abordar y sintonizar las garantías constitucionales de los ciudadanos, con las posibilidades y necesidades de los estados para potenciar sus capacidades de seguridad y control.
 
Privacidad de los datos 
Entrar en los terrenos de la privacidad es reconocer los derechos y deberes que los ciudadanos tienen respecto de la información personal. En este sentido el NIST – National Institute of Standard and Technology (2010) define la información de identificación personal (PII – Personal Identifiable Information) como “(…) cualquier información acerca de un individuo gestionada por una agencia, incluyendo (1) cualquier información que pueda ser usada para distinguir o seguir la identidad de un individuo, como puede ser su nombre, número de seguro social, fecha y lugar de nacimiento, apellido de la madre o registros biométricos; y (2) cualquier otra información que vincule o asocie a un individuo, como puede ser información médica, educacional, financiera y laboral.”




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